Una copita de un licor digestivo después de comer a parte de ser muy placentero, tiene muchos beneficios para la digestión.
En este artículo te desvelamos algunos de los mejores licores digestivos para después de comer y además te proponemos una selección de licores especialmente recomendados por nuestros especialistas… ¡Asegúrate de leerlo hasta el final para no perderte nada!

Por qué los licores son digestivos
Su alto contenido alcohólico contribuye a facilitar y acelerar el proceso de digestión, mientras que el azúcar que contiene da un sabor delicioso a cada chupito de licor de hierbas, crema de orujo, limoncello o el licor que más te guste.
Solos o con hielo, también ayudan a eliminar el sabor de la comida de la boca y son el aliado perfecto para amenizar cualquier sobremesa.
Bebidas digestivas para después de comer
- Limoncello. De origen italiano y con sabor a limón, como su nombre indica, debes tomarlo muy frío o a temperatura ambiente.
- Amaretto. Una combinación perfecta en dulzura y amargor que sumado a las esencias de plantas aromáticas que contiene te encantará.
- Frangelico. El licor de avellanas por excelencia si quieres tomarte una copita después de comer. Con o sin hielo, una elección acertada.
- Pacharán. De origen Navarro y elaborado en base a maceración de endrinas es un licor azucarado y anisado.
- Crema de orujo. Uno de los más deliciosos licores digestivos para después de comer. Además, hay gran cantidad de marcas para elegir.
- Licor de hierbas. Gracias a la lenta destilación de este tipo de licor digestivo, se obtiene un sabor riquísimo en cada copita que bebes.
- Licor de Madroño. Una de las bebidas más emblemáticas de Madrid. Realizado a base de madroños, este licor tiene tanto sabor como historia a sus espaldas.

Mejores licores digestivos a buen precio
A continuación te dejamos unas recomendaciones especiales para que tomes algunos de los mejores licores digestivos a buen precio.
Excelente post gracias por compartir tan buena informacion , En mi opinión, los licores después de comer son un placer que se puede disfrutar con moderación. Son una forma estupenda de terminar una comida y de relajarse después de un día ajetreado.