Cortina Sidra Natural

La Sidra Cortina Natural se elabora meticulosamente a partir de las más destacadas variedades de manzanas sidreras enclavadas en el exuberante Principado de Asturias. El proceso comienza con la extracción del mosto, el cual es posteriormente trasladado a la bodega de depósitos, donde se somete a un minucioso proceso de fermentación, independiente y controlado en términos de temperatura.

Tras esta fase, la sidra experimenta trasiegos y se adentra en su siguiente etapa: el reposo y la maduración en toneles de castaño. Es únicamente a través de este método que se logra obtener una sidra fresca, exhibiendo un tono pajizo, un aroma francamente afrutado y una suavidad excepcional al paladar. El resultado tan deleitable proviene de la amalgama de variedades sidreras, sometidas a un estricto control en términos de maduración, recolección y selección manual.

La Sidra Cortina Natural se disfruta mejor cuando se sirve bien fría en una copa de sidra tradicional. Al apreciarla, permítete disfrutar de su color pajizo y su aroma afrutado, deleitando tu paladar con su suavidad única. Este elixir asturiano es perfecto para acompañar momentos sociales o para maridar con platos ligeros, realzando la experiencia con su frescura y sabor auténtico. ¡Celebra cada sorbo de esta sidra, una auténtica joya de Asturias!

Historia de Cortina

La tradición de la Sidra Cortina se remonta a 1952, cuando la devoción por la creación de sidra natural se inició como un legado familiar. A lo largo de las décadas, esta pasión ha sido transmitida con esmero de generación en generación, consolidando la excelencia en su producción. El Llagar, o bodega, que da vida a la Sidra Cortina, tiene su hogar actual en la pintoresca localidad de Villaviciosa, enclavada en el corazón de Asturias.

Esta conexión íntima con Asturias se refleja en cada botella de Sidra Cortina, donde la tradición, el paisaje y la destreza artesanal se fusionan para crear una experiencia única. La bodega, anclada en esta tierra de tradiciones sidreras centenarias, es el epicentro de la herencia familiar que da vida a esta sidra.