Antioqueño Sin Azúcar
El Aguardiente Antioqueño Sin Azúcar se forja a partir de alcoholes extraneutros, esencias naturales de anís y agua sometida a un tratamiento de filtrado a través de carbón activado. Todos estos componentes se entrelazan para crear el distintivo sabor del aguardiente, que ofrece notas alcohólicas agradables, ligeramente suavizadas, culminando en una experiencia de sabor y aroma cálidos e inigualables.
El Aguardiente Antioqueño Sin Azúcar despliega un hermoso color cristalino que anticipa una experiencia fresca y pura. En nariz, emana un atractivo bouquet de anís y sutiles matices herbáceos. Su sabor es suave y armonioso, con notas anisadas y un toque dulce, culminando en un final limpio y persistente.
Disfruta de este aguardiente en su forma más auténtica y tradicional, servido en un vaso corto y ancho con hielo. Degusta su suavidad y los matices anisados en cada sorbo, ideal como aperitivo o acompañamiento de platos colombianos tradicionales.
Antioqueño aguardiente
La crónica histórica nos cuenta que en 1493, durante su segundo viaje, Cristóbal Colón trajo consigo la caña de azúcar a estas tierras. Sus descendientes la cultivaron con dedicación, exprimiendo de nuestros suelos su esencia. Los primeros cultivos dieron inicio a la producción de aguardiente, y con el tiempo, esta habilidad se perfeccionó bajo la tutela de clanes secretos que transmitían la receta ancestral de generación en generación.
Un siglo después, el aguardiente superó en popularidad a la chicha, y generación tras generación, se mejoró la receta de este legado invaluable que se había mantenido desde los días de la conquista. Hoy, 520 años después, la tradición perdura, y la Fábrica de Licores de Antioquía continúa creando el aguardiente más destacado del país. Representa el espíritu festivo y alegre de los colombianos y ha obtenido reconocimiento internacional por su sabor y calidad sin igual.
Franky 77 –
Un clasico.!